Una noche cualquiera en un congal de mi preferencia


Nota: Debo reconocerlo, sigo emocionado por haber llegado a las mil visitas; como lo dije en la página de Facebook del blog, quizás se trate de un número relativamente bajo si tomara en cuenta las cantidades que otras personas manejan pero son mis 1000 visitas y nadie me las va a quitar y eso es razón suficiente para sentirme orgulloso, claro, pretendo ir por mas, llegar mas lejos y seguir mejorando pero por el momento tendrán que conformarse con lo que puedo ofrecerles.

 

Como ya acepte, sigo emocionado y con ánimo festivo y para conmemorarlo quiero compartirles este muy breve relato que fue uno de los primeros que escribí hace casi cuatro años; lo tenía olvidado entre mis archivos y fue grandioso volver a encontrarlo porque refleja bastante de la persona que era en ese entonces, una persona que en el presente no estoy muy seguro de que me agradaría del todo, además de que no recuerdo exactamente cuando lo escribí pero por los nombres y situaciones que menciono, debió ser de aquella época oscura en que alguna vez me estacione. Sin más preámbulo les presento esto que en su momento creo que titule llanamente “Relato” pero que he rebautizado y al releerlo me ha gustado bastante.

 

A mis lectores fieles (y a los nuevos) les agradezco de nuevo por haberme acompañado hasta aquí esperando que sigan haciéndolo en el futuro y pues: Aburrrr!!!!!

 

Nos vemos en las próximas 1000 visitas! (haber si ahora si alguien levanta la mano para invitar el pomo)

 

Una noche cualquiera en un congal de mi preferencia

 

Enciendo un cigarrillo por cada blues que vibra en el aire, rasgando un sentimiento, poniendo el dedo en la llaga, dejando marcas indelebles y transparentes en la piel, imperceptibles y peligrosas, el blues  y el dolor que lo inspira acompañado de la desnudez de la chica que baila en la pista entre luces de neón, el humo del cigarro y el hedor de las pasiones húmedas e inmundas; es solo una noche mas en mi congal preferido; el borracho de la mesa seis otra vez trata de manosear a la mesera y la suripanta que presume de ser colombiana se le pasaron las copas y esta cantando de nueva cuenta, con la única diferencia de que esta vez se toma un tiempo para agradecer a un publico imaginario, pero me enfoco mas en el espectáculo principal, en el vaivén de esa mujer cuando simula tener sexo tirada en la superficie de madera adornada en las orillas con luces blancas y azules, la presentaron como Bianca, es preciosa, mi tipo de puta, predilecta con su piel blanca y su cabello largo oscuro y lacio, tiene un pequeño tatuaje con forma de mariposa en la parte justa donde termina su bien torneada espalda y comienza la gloria, labios rojos y unas piernas de puta madre, es bastante irónico que puede compartir con todos su intimidad sin haberla visto nunca antes, aunque tampoco me detengo demasiado a pensar en eso, doy un sorbo a mi cerveza y casi no tengo en cuenta a mis compañeros de juerga, uno me golpea leve y ocasionalmente el costado para pedirme opinión sobre la chica de la pista en turno, yo respondo con el pulgar arriba y una sonrisa fingida o le digo con sarcasmo que me acabo de enamorar, pero si de  verdad esta muy “pinche” le digo con sarcasmo -vas cabron, te la disparo- después de todo es fácil fingir que simpatizas con alguien y mas aun si hay alcohol de por medio, en realidad vine con los demás tipos al lugar porque conozco a una chica que es capaz de hacerte olvidar hasta cuando te hicieron llorar en la primaria porque te robaron el desayuno y el olvido es justo lo que hoy necesito, por desgracia ya no trabaja aquí, -tendré que conseguir otra amiga- pienso  cuando veo pasar a la de lentes que se viste como colegiala, bastante atractiva, no como para enamorarse pero si para gastar un porción de la quincena entre sus piernas, en eso el DJ anuncia un receso en los bailes que dará espacio a las complacencias y también  nos recuerda que podemos adquirir nuestro “ticket teibol” para obtener  el privilegio de un privado, en lo personal nunca he sido muy fan de los privados porque solo duran lo que una canción, las copas o cervezas que invites duran según lo estúpido que seas, de cualquier modo, esta esa colegiala, idéntica al primer amor de mi vida, solo que mas provocativa y vulgar, eso no me molesta en lo absoluto así que le llamo con un ademan después de sonreírle; dice que “Viviana” es su sobrenombre y en un momento de sinceridad me dice el verdadero solo que no presto atención, platicamos un rato y pregunta si le voy a invitar algo de tomar, yo  le respondo que solo si le puedo dar un beso, me lo da y ordenamos un vodka tonic, besa como experta pero habla con un dejo de inocencia, sé que es su trabajo pero decido engañarme con sus caricias esta noche, que me embauque, hoy no importa demasiado, sabe que tengo una erección y en silencio le agradezco a sus manos lo que pueden lograr, y aunque no creo que sea el mejor momento para comparar ni recordar pienso en aquella chica que un día sin invitación al corazón ni a mi cama  tuvimos un orgasmo que ella nombro “en dos patas” minutos después de que terminamos, me pareció gracioso en el momento pero ahora que lo menciono suena un tanto vulgar; en fin, mi punto es que siempre he creído que una teibolera o una puta, en su defecto, es mejor que tener una novia porque siempre sabes exactamente lo que te va a costar y sabes exactamente lo que vas a obtener.

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