Misiva
Señorita, ¿Qué le digo?
Decir que nos hemos perdido la pista seria solo eso, un
decir. En los tiempos que corren seria prácticamente imposible no enterarse de
las noticias del otro aunque no queramos, o si. No llegamos a ser demasiado íntimos,
una pena; sin embargo, me atrevo a decir que tuvimos un par de buenos momentos,
¿cierto? Aun así, no entiendo por que extraño hablar con usted. Miento, lo se, pero
no se me ocurre una razón factible para extrañarla, por eso lo niego. Lo importante
sigue ahí, la echo de menos, con y sin razones.
Con el paso de los años aprendi que una de las cosas mas difíciles
de aprender es aceptar que algunas cosas están fuera de nuestras manos; como el
azar y la enfermedad, como el arbitraje de un partido de futbol llanero y el
clima, como el cariño sin correspondencia. No me malentienda, señorita, no me
crea una persona pesimista; creo, sin embargo, que uno puede mejorar sus
propias probabilidades tomando ciertas precauciones. ¿Si me entiende?, si no lo
hace no se preocupe, señorita, a veces ni yo mismo me entiendo.
Quiero confesarle algo, una sosería que en el menor de los
caso resultara irrelevante, y en el mejor… no tengo ni idea. Tengo una fantasía
con usted. Ya, lo he dicho. Pero déjeme explicarle, mi fantasía con usted no es
meramente carnal, algo hay de eso, claro, su cuerpo desnudo es uno de esos
incandescentes anhelos inconclusos; pero tengo esta otro aun más importante y
de naturaleza mas literaria. Quisiera que usted y yo fuéramos personajes de un
cuento o de una novela de Benedetti.
¿Le parece extraño?, a mi me lo parece un poco y no tengo
nada que decir en mi defensa. Así que no busco un final feliz, pero sí que tengamos
más momentos en nuestro haber, que compartamos mas escenas. Quizás nos tuvieran
que reventar los milicos y saldríamos exiliados de una patria que no es la
nuestra, pero saber que usted me amo, aunque sea un momento, aunque fuera solo
en el papel, eso valdría la pena los interrogatorios con cana y la nostalgia y
la pérdida.
En fin, eso era lo que quería contarle, quería que lo
supiera por no sé qué inadecuada razón. Por lo demás, le envió los saludos de
rigor y mis honestos mejores deseos.
Hasta luego.
Atentamente. C.D.
P.D.
No echo en falta una respuesta pero si tiene ganas de
responder tampoco vendría mal.
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