Balance 2016
Ha llegado el momento, es hora de esa introspección anual general.
Intentare ser breve, no por otra razón, sino por la sencilla de que éste año todo
ha ido bien, en mayor medida claro. Uno llega a la edad en la que,
sencillamente, termina por aceptar el hecho de que, de uno u otro modo, siempre
existirán obstáculos, y he llegado a pensar que, incluso, de lo contrario, la
vida sería muy aburrida. Así que, aquí estoy, más saludable desde el último
balance anual, menos a la deriva, menos desorientado, más relajado; tranquilo,
en resumen.
Me parece irónico, que ahora que mi vida parece haber
encontrado un equilibrio, el mundo parezca al borde de la tercera guerra mundial
(aunque Romeo sostenga que ésa ya ocurrió), incluso, de su extinción. Pero,
¿para qué preocuparnos por las decisiones que tomaran personas poderosas a
miles de kilómetros de distancia de nosotros? Asumo, que así es como se sentían
las personas en la época de la Guerra Fría. Nos queda, entonces… nos incumbe,
en realidad, preocuparnos y hacernos cargo de nuestras pequeñas vidas, con sus
problemas y sus alegrías, mientras aún tengamos la oportunidad.
Así que, mientras averiguamos si posponemos la fecha del fin
del mundo como por novena vez, en lo que va del siglo XXI, o si nos limitamos a
mirar al cielo en espera de la primera ojiva, pasémosla bien.
Como es mi costumbre, no sé de donde me surgió ésta manía, tengo
que reconocer y, sobre todo, agradecer. Ha sido un camino largo y ajetreado,
hasta éste estado de tranquilidad que he mencionado, me alegra decir que la mayoría
de las personas que estuvieron conmigo el año anterior, también estuvieron éste;
lo que es mejor, se añadieron nombres y rostros a la lista, lo cual es genial. También,
hay, por allí, una que otra persona de las cuales se debe agradecer su
existencia.
Sobre todo, lo más importante, y lo que tengo muy
presente-aunque no lo parezca-, agradecer a Dios. Las personas siguen cuestionándome
sorprendidas, luego de conocerme, acerca de mis creencias. La respuesta siempre
es, y será, la misma: En mi opinión, la existencia, en general, me parece
demasiado perfecta, demasiado medida, que me resulta, incluso, risible, cuando me
postulan teorías sobre una combustión espontánea, por poner un ejemplo, y un
largo etcétera.
Por lo demás, ya no se que mas decir, sino despedirme y
desearle, a la persona que se tome el tiempo de leer esto, un feliz y maravilloso
año nuevo. Y recuerden, sin afán de sonar como un couch barato de superación personal,
lo cierto, es que su vida depende de ustedes, como la vivan o como la mueran;
no hacer nada y/o no decidir, es una decisión en sí. Eso es todo, nos leemos
hasta el próximo año. ¡Abuuuuurrrr!
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