¿Experiencia cercana a la muerte?

“Que no me lleven al hospital, si ya me encuentro mejor” Enrique Bunbury
No quisiera espantar a nadie, no se si en realidad alguien se preocupe por mi de esa manera, de hecho, por esa razón tampoco etiquetare a nadie en Facebook.Verán, de nueva cuenta no estoy escribiendo esto como Clementino Diógenes sino como el tipo detrás del buen Clemen, la persona real; lo que pasa es que muy probablemente tuve una experiencia cercana a la muerte, al menos así se sintió, nunca me había sentido tan mal y espero no tener que pasar de nuevo por eso; todo comenzó a ir mal tres minutos después de que me recostara en mi cama y me diera una taquicardia, por lo cual intente tranquilizarme, inhalar y exhalar para que mi ritmo cardiaco se normalizara, cuando sospeche que eso no seria suficiente, pensé en provocarme el vomito, tomando en cuenta mi antecedente de alcohólico funcional y profeso, no sonaba difícil, tampoco lo logre, a pesar de incluso haberlo intentado con agua salada; comencé a sudar a cantaros y mi boca se reseco. Entonces, aunque nunca he sido muy fan de hospitales ni consultorios médicos y aunque tampoco nunca me ha gustado pedir ayuda, en esta ocasión, tuve que hacerlo, mi anciano papi era la única persona cerca a quien pedírsela y, solo para que se den una idea del tipo de humor que manejamos en mi familia, en un principio pensó que bromeaba, cuando se dio cuenta que no era así, trato, en primera instancia tranquilizarme y acto seguido fue en busca de mi hermana; no pregunten porque, pero eso tomo un estimado de cuarenta y cinco minutos, tiempo en el cual comencé a sentir ardor en el cuerpo, pero no sobre la piel sino por debajo de ella; mi temperatura se elevo demasiado y sentí que mi cabeza aumento tres veces su talla y por alguna extraña razón me dio por jugarle al Dr. House conmigo mismo, cuando comencé a escuchar un pitido insoportable en mis oídos comencé a creer que podría estar quedando sordo, que el dolor de mi cabeza era capaz de causarme estragos mas adelante, que quizás mi hígado corría peligro de quedar afectado y que eso borraría la posibilidad de volver a brindar con whiskey. Cuando la temperatura fue demasiada quise meterme en la regadera, no lo logre, mi vista comenzó a fallar, era como si alguien hubiera remplazado el cielo por papel aluminio y hubieran encendido una enorme linterna para alumbrarlo, recuerdo que abrí la llave del agua fría pero antes de poder meterme me desplome en el piso y ahí me quede, ya no intente ni siquiera moverme, las pocas fuerzas que me quedaban las enfoque en la necesidad de no perder la consciencia, algo me decía que debía permanecer despierto, tal vez solo fuera miedo, el temor de cerrar los ojos y no poder volver a abrirlos otra vez. En esos momentos lo que mas me ayudo fue pensar en Dios, hablar con Él y tener fe en que Él me escuchara, así fue; también pensé en mi madre, en el hecho de que no había hablado con ella en día, además de que no podía permitirme provocarle una pena; también estuvo presente el resto de mi familia, en especial mi sobrina, tenia que llevarla al cine; Irene también se cruzo, no podía cerrar los ojos no sin antes tener cierta conversación con ella y beber una cerveza a su lado; pensé en otras cosas, demasiado variadas y en menor escala.
Estaba tan metido en mis pensamientos, como dije, aferrándome a la consciencia, que no me di cuenta, en realidad, en que momento pasó lo peor; la temperatura disminuyo bruscamente, sentí un escalofrió incesante y eso me provoco espasmos, mi mente se despejo, solo un poco; mi vista se normalizo y tuve la suficiente fuerza para levantarme del suelo e ir en busca de una cobija, lo hice, pero me quede acostado en la cama. Fue entonces que llego la ayuda y, es curioso como son las cosas, cuando sentía que no podía dar un paso mas quería darlo, y en ese momento que ya podía moverme no quería hacerlo, tuvieron que ayudarme a vestir; camino al hospital estaba delirando un poco, además de estar de fatalista; mencione que si las cosas no salían bien me vistieran de esmoquin para la ocasión, también quise dictar una especie de testamento, solo que me encontré con un problema, no se me ocurrió nadie que pudiera valorar mis posesiones tanto como yo y entonces cese con la idea, lo ultimo que recuerdo haber hecho fue encargarle a mi hermana que buscara la manera  de lograr que mas gente leyera mis historias, pero si había algo que me reventaba eran los pendientes esparcidos, las palabras que no dije, las cosas que no hice, las historias que no escribí en espera del momento adecuado y uno de los mas importantes, el estreno de The dark knight rises (eso no me lo hubiera podido perdonar); dicen que no hay que llegar a viejo lleno de arrepentimientos, lo cierto es que, si lo de ayer hubiera sido un poquito peor, yo hubiera sido un muerto lleno de ellos.
Como dije al principio, no se si estuve cerca de irme de esta vida, en algún momento así lo creí; siempre pensé que la primera vez que me enfrentara a la muerte seria también la ultima, también pensaba que seria de una manera mas significativa, no se en realidad a que me refiero con eso pero estoy casi seguro que me hubiera gustado que fuera diferente, no se, que al menos hubiera tenido una pose mas heroica ahí tirado en el suelo o alguna tontería de ese estilo. En fin, lo que tuve fue una reacción alérgica aguda provocada por aun no sabemos que, estaré bien, ese es el pronóstico del doctor; ahora me quedan preguntas en el aire para las cuales no sé que responder, sin embargo, creo que Dios me ha dado otra oportunidad y tiempo para darles respuesta.

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