El Camino: una película de Breaking bad.


(Porque madurar puede ser duro)

Seis años después de la emisión del capítulo final de Breaking bad probablemente está de más hablar de la serie y no porque no lo merezca (de hecho es una de las mejores series de los últimos tiempos), sino porque a estas alturas todo mundo la conoce y/o sabe de qué trata. Sin embargo, recientemente Netflix anunció sorpresivamente el estreno de una cinta ambientada en el universo creado por Vince Gilligan que fungiría como una continuación de la serie y que estaría centrada en el personaje de Jesse Pinkman y a todos nos salivó la boca. Pues bien, no hay día que no llegue ni plazo que no se cumpla y el once de octubre por fin hemos podido disfrutar de El Camino: una película de Breaking bad.

La cinta comienza inmediatamente después del final de la serie en el que se ve a Jesse escapando de su cautiverio y celebrando su libertado, aunque su huida se ve abruptamente interrumpida por la llegada de la policía y se da cuenta de que las cosas, de nueva cuenta, no serán fáciles para él. Es así como nos encontramos con un muchacho francamente destrozado y con todas las probabilidades en su contra que por primera vez tiene que actuar con toda la inteligencia y astucia de la que pueda echar mano; pero Jesse Pinkman no solo ha salido del agujero en el que lo mantenían encadenado, también se ha liberado de todas las personas que alguna vez le ayudaron, engañaron o utilizaron, solo esta él y en sus manos su propio destino y la decisión de qué hacer con él.

Algo que me parece importante señalar es el trabajo tanto de Vince Gilligan (guionista y director) como de Aaron Paul ya que es impecable a la hora de retomar el personaje de quien alguna vez fuera el aprendiz y socio de Walter White, ya que es fácil reconocer a ese joven entusiasta, infantil y noble que inmortalizó la frase “where is my money, bitch?” detrás de las cicatrices que le dejo su encierro, pero también se puede apreciar una evolución en el personaje que le otorga madurez y complejidad y eso es maravilloso.

Cabe destacar que El Camino es un western moderno que mezcla de manera exitosa dicho género con el tono y la narrativa de la serie que la antecede y el resultado es por demás agradable. Por otro lado, hay que admitir que no es una película perfecta y es que tiene principalmente dos problemas: el primero es que como película funciona a medias, ya que para apreciarla y entenderla en su totalidad el espectador necesita haber visto previamente Breaking bad. El otro tema es el evidente envejecimiento de los actores que hace que su apariencia no concuerde ni con las edades de sus personajes ni con el contexto temporal en el que se desarrolla la trama; pero vamos, que Netflix no le iba a dar a Vince Gilligan los mismos millones que le dio a Scorsese para rejuvenecer a Al Pacino y a Robert DeNiro en The Irishman.

No era necesario hacer esta cinta, pero se agradece que se le haga justicia y se le brinde un cierre digno a Jesse Pinkman, quien fue uno de los personajes mas maltratados a lo largo de la serie. Creo que los demás fans de Breaking bad quedaran igual de satisfechos que yo y agradecerán la dosis justa de nostalgia y con los cameos que hay. Yo en definitiva tengo ganas de verla de nuevo. 


Comentarios

Entradas populares