Esperando

Esperando

Solo en los dominios de Morfeo, donde nada parece absurdo, entre las formas ambiguas y amorfas con las que nos podemos encontrar en los sueños, donde los ciegos inventan oscuras siluetas y los sordos sus sonidos huecos, donde los ancianos reviven sus recuerdos con añeja gracia, ahí por fin escapare de la ambivalencia de tu mirada, mis ansias por tus labios cesaran, el candor de nuestros cuerpos se mezclara y me embriagare de tu cintura.

Y es que, que predecible y absurdo es en realidad, en silencio imaginar el aroma y la armonía de tu sexo, esperando claustrofóbico, ensayado y patético, probar suerte al contacto con tus labios, admirando la tierna fragilidad de tu cuerpo amenazado, por la crueldad del viento y sin tratar de cambiar la realidad, porque desconoces la desesperanza que se siente entre las dos y las ocho cuando la estrecha distancia con sabor a inmensidad se deja sentir, en ausencia de tu cariz y sin el favor de tu atención, pues sin despedidas, ni sonrisas, los días se esfuman.

No hay nada nuevo en el horizonte, ya no es solo un deseo febril de adolecente, pues es una vieja y silenciosa rutina, de ademanes gastados dedicados a pretender, sin sentido o argumento, así están la cosas por acá, malviviendo mal viajado, con rastros de extrañes, con penurias y felicidades superficiales en un desvío de mi atención, siguiendo una empresa sin desenlace y una ilusión agonizante. Así espero lo inalcanzable, lo imprescindible y tortuoso, con la timidez acumulada de algunos años.


(nota: esta entrada ha sido rescatada, no del Facebook ni de “La cruda, verdad?”, sino del diario de Hi5, por lo cual, tiene ya un tiempo de existir, la he vuelto a leer y me surgió algo de nostalgia, por eso decidí depurarla un poco y mostrarla de nuevo, espero que sea de su agrado)

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